Cinco integrantes de la banda terrorista de extrema derecha desarticulada por la policía a finales del mes de julio ingresaron a las cinco de la tarde del pasado martes en la prisión Madrid-2, de Alcalá de Henares, como presuntos responsables de dos asesinatos una cadena de atentados con explosivos, tres de los cuales causaron víctimas mortales (entre ellos la carta-bomba contra la redacción de EL PAIS y los locales del Club de Amigos de la Unesco y explosiones en la plaza de Olavide, calle de Malasaña y locales de la Asociación Pro Derechos Humanos). Otros de los componentes de la banda ultraderechista -dos en paradero desconocido y uno muerto, tras arrojarse por una ventana de la Dirección de la Seguridad del Estado cuando esperaba para ser interrogado- pasaron a disposición judicial y, según publicaba ayer el diario El Alcázar, fueron puestos en libertad.
Los ingresados en prisión son Leocadio Jiménez Caravaca, de 59 años, quien había sido condenado en el juicio por la matanza de los abogados de Atocha con una pena de cuatro años, dos meses y un día, que no había cumplido y por cuyo motivo fue dictada contra él una orden de busca y captura; el abogado ultraderechista y confidente de la policía franquista José de las Heras Hurtado, de 38 años; Rafael Gómez Alvarez, de veinticuatro; Ramiro Alejandro Rodríguez-Borlado Zapata, de veintiséis (estos dos últimos considerados como peligrosos por la policía), y el ex funcionario de Prisiones y vigilante jurado de la central nuclear de Valdecaballeros Pedro de Haro Pavón, de 32 años.Por otra parte, otros dos de los detenidos, Joaquín López Martínez y José Luis Sáez Alonso, pasaron a disposición de la autoridad judicial correspondiente y a última hora de ayer este periódico no había podido confirmar si estas dos personas habían sido puestas en libertad, como informó el diario El Alcázar en su edición de ayer. A ambos se les acusaba de haber entregado munición y facilitado información a los autores de los atentados.
Otro de los componentes de la banda ultra, Tomás Antón Torregrosa, falleció en la madrugada del 29 de julio al arrojarse por una de las ventanas de la Dirección de la Seguridad del Estado cuando se encontraba en una de las salas de estas dependencias a la espera de ser sometido a interrogatorio por los funcionarios encargados de las investigaciones. Los otros dos integrantes del grupo, en paradero desconocido, son el militante del Frente de la Juventud Iñigo Aragonés Sampedro y Pedro Bel Fernández.
Los implicados en la carta-bomba contra la redacción de este periódico fueron Rafael Gómez Alvarez, Ramiro Alejandro Rodríguez-Borlado (ingresados en prisión) y una tercera persona cuya identidad aún es desconocida, según pudo saberse tras deducir testimonio de las declaraciones que éstos habían prestado al juez encargado del caso. Este sumarlo (número 97/78) se reabrirá próximamente, puesto que ahora se encontraba sobreseído.
Los funcionarios de la Brigada Regional de Información y de la Policía Judicial que llevaban las investigaciones del caso intervinieron a Rafael Gómez Alvarez un revólver Astra del calibre 38 especial y dos pistolas Star del calibre 9 corto, así como 150 cartuchos de diversos calibres y 51 vainas percutidas de revólver sido utlilizadas y recogidas por el mismo para no dejar rastro de su utilización). En cuanto a Ramiro Alejandro Rodríguez-Borlado, le fueron ¡intervenidas dos pistolas, una de ellas de gas, y seis cartuchos de bala. Segun parece, a este último se le imputa la fabricación de la carta-bomba contra la redacción de EL PAIS.
Por otra parte, la policía tiene fundadas sospechas de que hay más implicados en los hechos citados, y está acelerando las investigaciones para acabar con la total desarticulación de esta banda terrorista de extrema derecha.
En la mañana del 30 de octubre de 1978, tres empleados de EL PAIS resultaron heridos, dos de ellos gravísimamente, al estallar un paquete postal dirigido a uno de los redactores del periódico, en el momento en que procedían a abrirlo. Andrés Fraguas murió a los dos días, a Juan Antonio Sampedro la explosión le arrancó la mano izquierda, le dañó la derecha y le reventó la masa intestinal, y Carlos Barranco, con heridas leves, se incorporó pronto a la vida activa.
Rafael Gómez Alvarez, Ramiro Alejandro Rodríguez- Borlado, Jesús Javier Blanco García (actualmente en prisión) y las otras dos personas en paradero desconocido son los presuntos autores de los asesinatos del drogadicto Carlos Javier Idígoras Navarrete, ocurrido el pasado mes de junio en un solar de la calle del Cardenal Cisneros, de Madrid, y del mendigo, Luis Arribas Santamaría, el pasado 5 de julio, cuando se encontraba tumbado en un banco de la vía pública, en las confluencias de las calles de Alburquerque y Palafox, también de Madrid. Los componentes de la banda llevaron a cabo una serie de atentados con explosivos en el centro de Madrid.
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